¡Hola marineros! Gracias por vuestro apoyo, vuestras ganas de que siga escribiendo y gracias por leer mi blog. De verdad os lo agradezco. Por cierto, ¿visteis la nueva foto de la historia? Es esta-->
Espero que os guste :D Ah, quería agradecerle a Katniss por esas sugerencias y decirle que las cumpliré. Y ya sin más, aquí va el capítulo..
Capítulo 2: Estoy aquí.
Noto como alguien me arrastra por la arena, pero no puedo
verlo. Mis ojos no se abren, no me permiten ver lo que hay a mi alrededor.
Respiro dificultosamente, y aún lo hago peor cuando noto que alguien me
presiona el pecho fuertemente y escucho que cuenta tres. Justo cuando la voz
termina de contar, me tapa la nariz y me besa en la boca. ¡Me están intentando
ahogar! No me puedo defender, pues mi fuerza se está agotando aún más cuando la
persona que está intentando matarme vuelve a presionarme el pecho contando otra
vez tres. Vuelve a taparme la nariz y a besarme, y cuando hace eso, un horrible
sabor a sal y sangre sube por mi garganta. Por tercera vez, la persona me
presiona el pecho pero esta vez antes de que llegue a tres, abro los ojos como
platos, y expulso esa rara sustancia, manchando todo lo que está alrededor de
mi boca. Me desmayo, manchándome con la sustancia. Al minuto, abro los ojos,
aunque veo borroso, veo a esa persona, la cual me ha cogido en brazos y me está
limpiando con algún tipo de paño la cara y la ropa.
-Estoy aquí.- dice con una voz dulce, mientras me sigue
limpiando.- Casi te mueres. ¿Por qué has hecho eso?
Quiero contestarle y cuando abro la boca para hacerlo, me
giro y expulso los últimos restos de vomito y sangre a un lado, manchándole.
Esta vez no me he manchado gracias a la posición en la que he echado eso.
-Tranquila, ven aquí.- me coge y me coloca encima de sus
piernas colocándome en posición fetal. Me acaricia la barbilla y me besa la
frente. Me giro para mirarle su cara, y me doy cuenta de que sus ojos son
verdes como el mar. Su imagen me resulta familiar, y su voz igual. Le abrazo
fuertemente y me siento en la arena.- Toma, tómate esto. Te aliviará el dolor
de la garganta.- dice dándome una medicina líquida de color blanco en un
pequeño bote de cristal. Lo cojo y me lo bebo entero. Pasamos un rato sin
hablar mirando el mar, hasta que consigo decir:
-¿Porqué te fuiste?- le pregunto tristemente.
-Yo no me he ido.
-¡Sí que te fuiste! ¡Me dejaste sola y con un bebé! ¡¿Sabes
lo qué es eso?! ¡¿Lo sabes?! – le pregunto gritando rabiosa.
-Annie, no sé de qué me hablas.
-¡Lo sabes perfectamente! ¡Me dejaste! ¡No me hiciste caso!
-¿Annie? ¿De qué me estás hablando?
- Te fuiste a la guerra… me dejaste sola y con un bebé… ¡Te
dije que no fueras! Y ahora… esto me parece increíble.
- ¿Increíble qué? Annie, yo siempre he estado aquí.
Y en un arrebato de locura, fundo mis labios con los suyos
en un bonito beso. Cierro mis ojos y noto como él se pone nervioso. Tengo ganas
de él, de comérmele. Le echaba tanto de menos… y me ha dolido que no se acuerde
de lo que pasó. Cuando separo mis labios de los suyos, me mira confundido. Le
sonrío picaronamente y le empujo hacia atrás, tumbándole en el suelo. Le vuelvo a besar como nunca lo he hecho. Me
está acariciando el cuerpo y noto como mete la mano por dentro de mi vestido de
andar por casa, acariciando mis piernas, luego mi ropa interior inferior y
termina en mi espalda. Nos separamos y nos miramos confusos.
-Hoy seré tuya, querido Finnick- le susurro al oído.
Bueno, pues aquí me tienes de nuevo, y hoy sin sugerencias. Se distinguen mejor las letras (o tal vez sea por este ordenador, todo puede ser) y el capítulo, aunque corto, ha sido intenso. Ya sabes que te sigo leyendo, que te debo muchos favores por la enorme publicidad que me hiciste ;)
ResponderEliminarJajajaja, puse las letras más oscuras :D Y te agradezco que lo hagas. No em debes ningún favor :D
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